El año pasado (2009) el mundo occidental vivió el sorprendente giro que dio una valiente mujer del Sur, y saharaui para mayor información. Me refiero a Aminatu Haidar.
Su caso me hizo pensar en muchas cosas, entre ellas, recordé la visión creacionista (el mundo fue creado por dios) y la visíón evolucionista (el mundo es consecuencia de la misma evolución). También pensé en Sir David Owen, cuando habló del síndrome de Hubris que afecta a la gran mayoría de los poderdantes y poderhabientes, así como del poder condigno (sumisión pura y dura) al que nos someten los gobernantes, incluso aquellos que se consideran los más democráticos.
Aminatu Haidar enfrentó dos visiones irreconciliables al actuar guiada por su conciencia y muy por encima de su propia creencia religiosa. Incluso al enfrentarse al sistema sin nombre, lo hizo dejando a un lado su condición de madre, convencida de que tenía toda la razón del mundo.
Aminatu Haidar me recordó a Kono-Juana Boko Ripeu, una mujer bubi que ya dejó este mundo, y quien hace muchos lustros decía a sus hijos: "yo he sido una mera intermediaria para que vosotros hayáis podido venir al mundo; yo no tengo nada que ver con vosotros".
La heroína Aminatu hizo lo que hizo porque le guiaba la razón objetiva, enfrentando la religión con el sentido común. No debe olvidarse jamás el nombre de esta gran mujer africana y saharaui: ¡LARGA VIDA A AMINATU HAIDAR!
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